
Jesús que estás desde mi niñez en mis oraciones tu mirada dulce
me alumbra
el camino aunque esté rodeado por la oscuridad.
Tu suave presencia le ha dado a mi vida, la ruta precisa
en la que debo andar,
y aquellos malvados, que crucificándote te dieron muerte
lo hicieron sin saber que, al morir nacías a la eternidad.
Gladys Murissich
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